Inteligencia artificial en la universidad: mi asistente digital (pero no mi reemplazo)

Hace un año, cuando escuchaba sobre la inteligencia artificial, pensaba en robots futuristas y películas de ciencia ficción. Ahora, la IA se ha convertido en parte de mi rutina universitaria.

Cuando tengo que escribir un ensayo, Grammarly revisa mi gramática antes de enviarlo. Si necesito inspiración para una estrategia de redes sociales, recurro a ChatGGPT para ordenar mis ideas. Y cuando la matemática se vuelve un reto en mis cursos de estadística, Wolfram Alpha me salva. No soy la única. En UPAO, la IA está cambiando la forma en que aprendemos. Algunos profesores le ven desconfianza, pero otros han encontrado la manera de integrale.

Hace unos años, las personas que usaban solo libros e iban a la biblioteca para informarse y ayudarse en sus tareas, se adaptaron a las nuevas tecnologías e incorporaron en sus vidas el uso de las computadoras y el internet. Lo mismo está pasando con la adaptación de nosotros a las invenciones que cada vez son más.

En una de mis clases, nos pidieron analizar cómo la inteligencia artificial está transformando el periodismo digital. La tarea no era solo usar la IA, sino también cuestionarla: ¿hasta qué punto es una aliada en qué momento nos vuelve dependientes?

La inteligencia artificial es una herramienta increíble, pero hay una verdad que no podemos ignorar: pensar sigue siendo nuestra mejor habilidad. Podemos apoyarnos en la tecnología, pero las ideas, la creatividad y el criterio son insustituibles.